martes, 16 de abril de 2013

UNA DE CAL... Y OTRA DE ARENA

Muchas veces usamos esta frase para referirnos a los aspectos positivos y negativos que se dan en una situación. Al parecer, su origen alude a los dos elementos necesarios, y recalco necesarios, para elaborar una buena argamasa. Y en esas estoy yo... intentando conseguir una buena argamasa que me lleve algún día a escribir buenos relatos. Aquí os dejo dos, uno seleccionado por el Consejo General de la Abogacía Española en el pasado mes de marzo (este sería la arena, claro), y el otro...¡¡¡el otro es la cal!!!
¡Ala, a adivinar tocan! (Como siempre, las cinco palabras que obligatoriamente tenían que usarse son las que aparecen resaltadas).

NOTA DE PRENSA

                
El espectro de un abogado aterroriza a los huéspedes de un hotel.
Fuentes oficiales confirman que cada noche, a las doce, tiene lugar la comparecencia del ente en la habitación del ático, que es donde tiene instalado su dantesco despacho. Ataviado con la típica toga de la profesión y provisto de un maletín repleto de etérea documentación e incorpóreos sobres con expedientes, se pasea por todas las habitaciones, a la caza de clientes, provocando las más insólitas reacciones.
Al parecer, todo ocurrió porque en vida, siendo letrado de éxito, perdió por un descuido, un caso ganado de antemano. Su clienta, una cíngara de misteriosos ojos verdes, lo maldijo:
-¡Pleitos tengas y los ganes...por toda la eternidad!
Se comenta que no emplea ninguna medida de coerción para convencer a los futuros clientes que, espantados por la terrorífica combinación de la entidad abogado-espectro, le autorizan al instante con poderes generales.

MITOS Y LEYENDAS

Cuenta la leyenda que en los albores, un gran juicio tuvo lugar bajo la mirada del ojo que todo lo ve. Cuatro poderes se disputaron el dominio de la creación: el femenino, alego su capacidad para dar la vida; el masculino, intento esgrimir su colaboración necesaria y el destructor, amenazó con reducirlo todo a cenizas si no obtenía la hegemonía. El cuarto poder, el más variable, osciló ...y acabó formulando un estratégico desistimiento encaminado a tomar partido por quien más conviniese.
El supremo hacedor, cansado de sus trajines y enfrentamientos, dictó sentencia condenándolos a colaborar para obtener orden frente al caos. Al primero, lo llamó tierra, al segundo, mar, al tercero fuego, y al cuarto viento.
Posteriormente, la criatura preferida de Dios les cambiaría el nombre: al primero le llamó legislativo, al segundo ejecutivo, al tercero judicial. ¿Y al cuarto?...el cuarto se presentó ante él diciendo que se llamaba prensa.           







3 comentarios:

  1. Muy chulos los dos!!! Te tenían que haber seleccionado ambos, señora ESCRITORA!!!

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    1. Escritora, escritora...¿cómo te lo diría? Eso será que me lees con buenos ojos. Nada, ahí andamos intentando aprender.
      Gracias por el comentario. Animan bastante.

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  2. El segundo relato es el que a mi más me ha gustado, no se si es el de cal o el de arena, pero para gustos colores...

    Un beso escritora.

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