miércoles, 24 de febrero de 2016

EDUARDO MENDOZA. EL SECRETO DE LA MODELO EXTRAVIADA.

El secreto de la modelo extraviada es la quinta misión a la que debe enfrentarse el investigador más estrafalario y disparatado de todo el panorama detectivesco. Loco, apasionado de las pepsicolas, a veces peluquero, otras repartidor de comida china o, como en la última entrega, entusiasta del footing. Sé que sabéis de quien hablo, aunque ahora mismo no os venga su nombre a la cabeza. ¿Era Sugrañes, o tal vez Asmarats? …
En esta nueva aventura un incidente le hará viajar al pasado, pero que quede claro viajar al pasado con la memoria, pues como ha manifestado en múltiples ocasiones él no está loco, para revivir un feo asunto en el que se vio envuelto cuando le culparon del asesinato de una modelo. Esto hará que la trama se desarrolle en dos líneas temporales. La primera mitad, tras la muerte de Franco, con los personajes ilusionados con un futuro de progreso y modernidad, la segunda, cuarenta años después, con Barcelona convertida en una de las ciudades más prestigiosas del mundo pero paradójicamente albergando a unos personajes desencantados, bien por esa evolución, bien por su propia edad.
Aparecerán los protagonistas habituales y algunos más (la señorita Westinghouse es tronchante) para retratar un tiempo y una sociedad de una forma humorística, aunque con un fondo muy serio.
El narrador, que como siempre es el propio detective con su lenguaje culto y lleno de florituras, pero a la vez plagado de expresiones de gran vulgaridad, hará desfilar en su historia a matones, policías a la antigua usanza, contables que ocultan capitales, especuladores y corruptos varios, en una trama que no tiene desperdicio.
En palabras del propio autor, lo que le gusta es romper cualquier tentación de lectura en clave de realismo, y en palabras de la que suscribe, hay que ser un genio para escribir como Mendoza.
¡Feliz lectura!

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